Los trastornos de personalidad son problemas que el sujeto tiene fuertemente adosado a su carácter, y que han ido evolucionando junto al individuo a lo largo de su desarrollo vital, haciendose más evidente en la adolescencia y al comienzo de la vida adulta. También se suelen vislumbrar, por el tipo de temperamento que el niño muestra durante su infancia
No podemos confirmar que en todos los casos estos trastornos, deriven en patologías claras que impidan el correcto funcionamiento de la vida cotidiana. Pero si que todos los trastornos afectan de manera emocional y que alteran ciertas conductas.
Por eso se puede hablar de ciertos rasgos disfuncionales, que abarcan un continuo, con diferentes grados, y lo más normal es que se mezclen unos rasgos con otros, creando múltiples trastornos mixtos.
Estos rasgos disfuncionales, hacen sufrir a las personas que los poseen, pero los seres que les acompañan ( familia, amigos, pareja), también lo padecen.
Rasgos tan cómunes como exceso de soberbia, extrema timidez, comportamiento disocial, inseguridad o indecisión muy evidente, pueden ser el pico del iceberg, que nos haga sospechar de la presencia de un trastorno de personalidad. Pero este debe ser confirmada, después de reunir diferentes datos, a traves de entrevistas, pruebas de autoinforme, cuestionarios, y la información suministrada por las personas allegadas al sujeto.